domingo, 2 de noviembre de 2014

50/50, de Jonathan Levine (2011)



He de reconocer que cuando leí al inicio del film que era de Jonathan Levine me preocupé. Me preocupé porque la última película de él que había visto "Memorias de un zombie adolescente" me pareció bastante... triste, por decirlo suavemente, aún así Joseph Gordon-Levitt merecía una oportunidad, así que seguí adelante.

Rápidamente descubrimos que intenta maquillar su argumento con situaciones cómicas que resten importancia a la gravedad de la trama principal. Gordon-Levitt es Adam, un chico de veintisiete años al que le diagnostican un cáncer de espalda, y varias personas le ayudan a descubrir que cosas son importantes en la vida mientras está enfermo. Esto, de inicio parece un drama en toda regla pero acaba descubriéndose como una película positiva que te hace más reir que llorar. Esto queda al descubierto si repasamos sus nominaciones, entre las que se encuentra el Globo de Oro a mejor película comedia/musical.

Me sorprende mucho, y para bien que esta película es un guión novel de Will Reiser, que sí había trabajado para televisión, pero en su primera incursión en el cine consigue hacer una película fresca, fácil de ver y que tenga el poder de trascender. Ya que a pesar de tratar el tema desde un punto positivo durante casi todo el metraje no podemos obviar que es un drama tristemente habitual en la sociedad en la que vivimos, lo que puede hacer que fácilmente enfermos y allegados a estos puedan sentirse cercanos al personaje principal y aquellos que lo rodean.

Jonathan Levine se beneficia del buen hacer del guionista y de un elenco de actores bastante adecuado, en el que todos desempeñan bien su papel, destacando a los dos hombres que más minutos acumulan en pantalla (Levitt y Rogen).

Lo mejor: la forma en la que la película consigue conectar con el público.
Lo peor: Levine parece que dirija usando el manual básico de cómo rodar sin complicaciones.
Valoración: ***1/2 (sobre 5)

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