sábado, 6 de diciembre de 2014

Good Bye, Lenin! (2003), de Wolfgang Becker



Pocas películas tienen tan marcado carácter político, y muchas menos de este género consiguen calar en las mentes de los espectadores, y creo que esta película es una de ellas.
Cuando estudias historia y te interesas por ambas Alemanias descubres algo muy significativo, para cada habitante de la República Federal Alemana, había sido una bendición acabar en el lado occidental; pero también lo era para el habitante de la República Democrática Alemana haber sido criado en la Alemania Oriental. Un mismo país, una misma lengua, pero diferentes sentimientos y una gran separación. Un muro. Este muro, será capital en la historia que Becker nos trae, pero también lo será el ambiente pacífico de los alemanes, tanto en Oriente como en Occidente. Dos muestras preciosas en la película de esto, será la subtrama de la hermana del protagonista y su novio occidental; al igual que la amistad que el personaje encarnado por Brühl entablará con un alemán occidental.

La madre de nuestro protagonista Alex (Daniel Brühl) entra en coma poco antes de la caída del muro de Berlín. Ella, una mujer de pensamientos comunistas, despierta meses después y su hijo intentará por todos los medios que no descubra la reunificación alemana. La película es, a fin de cuentas, la lucha de un hijo por proteger a su madre de lo que podría suponerle un shock definitivo.

Wolfgang Becker, director y coguionista de la cinta, es un cineasta que se ha caracterizado por su poca carga de trabajo, aunque seamos francos, más vale una buena película cada seis años, que una floja cada dos. Tras el éxito que supuso "Good Bye, Lenin", ya en 2009, dirigió un cortometraje en el proyecto "Germany 09", donde grandes cineastas alemanes rodaban uno con una base común: Alemania en 2009. Después de esto, nos llegan noticias de que el citado director y el protagonista de la cinta que nos ocupa, volverán a compartir plató para rodar la adaptación de una novela alemana a las pantallas. Este proyecto, dada la calidad de su anterior colaboración, resulta ciertamente estimulante. Sobre el trabajo de Becker en "Good Bye, Lenin!", no hay mucho que decir ya que lo normal cuando alguien trabaja de forma eficaz es que apenas deje marcas de su paso. Es decir, es un cineasta correcto, que supo elegir el trabajo y un reparto que dignifica una historia magnífica.

El guión, que trabaja sobre una base de comicidad camuflada, ya que la historia principal es, a pesar de todo, triste. Se recurre a pequeñas historias, como la de los pepinillos para aportar un aire de "desenfado" a la trama que tiende a resultar seria por momentos, aunque estas pinceladas logran hacer ver al espectador la película como una ficción agradable.

Un reparto excelente empezando por Daniel Brühl. El hispano alemán es la piedra angular del trabajo y a una edad temprana da una lección magistral de interpretación. Todos los secundarios cumplen su función y hacen que una gran historia cobre un realismo que te absorbe y te hace desear que el protagonista cobre su propósito.

En definitiva, Becker y Brühl demuestran que el cine europeo, es una factoría de éxitos tanto, o incluso más que en Hollywood. Desde "Cinema Paradiso" a "Good Bye, Lenin" pasando por la "Trainspotting" de Danny Boyle (que está preparando una película sobre Steve Jobs, con Fassbender de protagonista, así como dato).

Lo mejor: Daniel Brühl y la eficacia del grueso del reparto y el equipo. Iluminación, dirección, interpretación. Todo notable.
Lo peor: Me faltó un detalle del guión, que tristemente no puedo desvelar para no destrozaros la película.
Valoración: ****



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