martes, 19 de mayo de 2015

El gurú de las bodas (2015), con Kevin Hart



Para mi, no sé si alguna vez lo habré dicho en Twitter, Kevin Hart es el actor que consigue hacerme más gracia con menos esfuerzo. No sé si será por su personalidad fuera de las cámaras, por su increíble carisma, o no sé que será, pero me parece un excelente actor cómico. Por eso, cuando surgió la oportunidad de ver el Gurú de las bodas, no pude negarme. Tenía que ir.

Doug Harris (Josh Gad) no consigue encontrar un padrino para su boda, por lo que recurre a los servicios de Jimmy Callahan (Kevin Hart), un padrino profesional. En una semana tendrán que preparar a Doug y a sus 'amigos', para que todo salga perfecto en su boda con Gretchen (Kaley Cuoco).

La película tiene el argumento idóneo para que se logre empatizar con el protagonista y para que la evolución de la relación entre este y el personaje de Kevin Hart, se convierta en el punto humano de la película. Por lo demás, es una serie de gags tras otros, que pueden (o no) hacerte gracia. A mi me la hicieron. Cada vez que hablo sobre películas de comedia, sobre todo a raíz del estreno de "El lobo de Wall Street", tengo que salir a defender al género, pues pocas películas cómicas han tenido éxito entre crítica y espectadores. Normalmente, la comedia es aceptada por el espectador pero no por el crítico y, desde aquí, mi humilde lugar en el mundo del cine, quiero que se acabe. La comedia debe regirse por otros criterios que no sean el puramente visual. Para mi, los diálogos del Gurú son sencillos, pero graciosos. Cortitos y al pie. Como debe ser. Aunque muchos críticos se nieguen a reconocerlo, prefieren las comedias con aspiraciones que las comedias que solo quieren ser eso. Pero ni todas las comedias con aspiraciones son "el Lobo de Wall Street", ni todas las comedias que solo quieren hacer reir son "American Pie". Examinemos el punto medio, que es donde está la virtud.
Volviendo a la película, Josh Gad y Kevin Hart se muestran sobresalientes en el aspecto interpretativo, mientras que la historia avanza de forma amena y sin decaer en el ritmo. Tiene un ritmo sostenido, que no es excesivamente alto, pero que encuentra la virtud en la forma de manterse.
La dirección de Jeremy Garelick es de manual, no aporta nada a la historia, y se limita a dar vida a un guión bien estructurado pero predecible.
El tráiler, a toro pasado, deja bastante mal a una película que a mi parecer merecía un tráiler mucho mejor organizado.

Lo mejor: Kevin Hart y Josh Gad, en general, y sus bailes, en particular.
Lo peor: Dentro de una película donde todo es correcto, sin despuntes, Jeremy Garelick deja que desear con una dirección tan básica. Cualquier persona que haya visto el suficiente cine podría dirigir la película como él.
Valoración: **1/2 (sobre 5)

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